Vistas de página en total

martes, 17 de mayo de 2011

Los sueños en el arte

A lo largo de la historia los sueños han tenido una gran influencia sobre los artistas, directa o indirectamente, al igual que las fases previas a estos, que han usado como inspiración.
En la literatura destacamos`` Los sueños´´, de Quevedo, en el que se narran determinados oficios y costumbres de la época y que se compone de cinco partes: El sueño del juicio final, El alguacil endemoniado, El sueño del infierno, El mundo por dentro y El sueño de la muerte.
Si puede considerar literatura cabe mencionar los sueños presentes en la biblia, llenos de contenidos y predicciones que eran interpretados por profetas de Dios, lo que nos muestra el carácter mitológico que tienen y que los hacen ser considerados como mensajes del más allá o premoniciones del futuro desde tiempos remotos. Por ejemplo el sueño del faraón egipcio que ve 7 vacas flacas y 7 gordas y 7 ramas de centeno llenas y 7 vacías, que anunciaban la llegada de 7 años de buenas cosechas y abundancia y 7 años de escasez.
Algo más moderno pero no menos conocido, son las obras de Stephen King, basadas en sus pesadillas o terrores nocturnos, que han dado lugar a clasicos del cine como Carrie, que trata de una niña en plena adolescencia que descubre que tiene poderes kinéticos y los usa contra aquellos que se burlan de ella y acaba siendo arrastrada al infierno o El Resplandor.


En cuanto a la pintura destacamos las obras de Dalí, en las cuales el pintor plasmaba los sueños que tenía.
En el cine los sueños son retratados en numerosas películas, pero no suelen ser el punto central de muchas, una de las que escapa a esta tendencia es ``Origen´´, de Christopher Nolan, en la que se narra como nuestro subconsciente inunda nuestros sueños y los relaciona con las cosas que vemos en ellos, algo remotamente similar a lo que decía Freud sobre los sueños.

Ciclos del Sueño

Cada vez que pasamos por una fase REM y otra NREM, completamos un ciclo de sueño, estos ciclos duran alrededor de 90 minutos y por lo general solemos pasar por unos cinco ciclos en una noche.
La fase REM es solo una etapa, pero la NREM se subdivide a su vez en 4 fases.
En la 1ª se produce una sensación de adormecimiento y poco a poco conciliamos el sueño, aunque esta fase es llamada sueño ligero y mientras pasamos por ella somos susceptibles a estímulos externos y nos despertamos fácilmente, además los ojos se mueven lentamente y la actividad muscular es prácticamente nula. En la 2ª fase, los movimientos oculares se detienen totalmente y las ondas cerebrales tienen poca frecuencia y mucha longitud de onda. En la 3ª esta longitud se ve alternada con otras más cortas, por lo que su frecuencia aumenta y en la 4ª se alcanzan las ondas de mayor longitud y menor velocidad, considerándose la 3ª y 4ª fase como el sueño profundo o pesado y durante las cuales es más difícil despertar a alguien.
Entre la fase REM y la NREM se produce un intervalo de tiempo en el cual, al igual que en la 1ª fase del NMOR, somos susceptibles a estímulos externos que nos despiertan con facilidad. Si nos despertamos naturalmente lo haremos en esta 1ª fase o en el intervalo que se produce al final de un ciclo, es decir, apróximadamente en múltiplos de 90 minutos. Esto ha llevado a la formulación de una hipótesis que explica un suceso familiar a mucha gente; el hecho de dormir 12 horas y despertarse más agotado de lo que se estaba al momento de irse a dormir y por el contrario, dormir 3 horas y despertarse sin cansancio alguno, dado que el estado en el que te levantas no depende del tiempo que duermes, sino del número de ciclos completados.
Esta hipótesis afirma que si te despiertas en un intervalo o en la 1ª fase NREM el cerebro está en un estado de reposo y no le cuesta trabajo alguno pasar al de vigilia, sin embargo si es interrumpido en medio de una fase de sueño profundo, debe interrumpir el ciclo y por lo tanto se produce esa sensación de cansancio. Lo que nos lleva a pensar que si conseguimos despertarnos al final de uno de estos ciclos siempre, nos libraremos de la molesta pereza característica de las mañanas. Aunque es difícil porque  la duración de los ciclos oscila en varios minutos de una persona a otra y tampoco podemos predecir cuando vamos a dormirnos exactamente, por lo que se ha diseñado un sistema para conseguir despertarse en este preciso momento.
Antes de describirlo debo aclarar que esto lo leí en otro blog, por lo que no puedo asegurar su efectividad(Asumo que tú no vas a probarlo pero voy a contarlo por si alguien lee esto por casualidad).
En primer lugar establecemos una alarma deduciendo más o menos en qué múltiplo de 90 minutos cercano a la hora a la que debemos levantarnos vamos a despertarnos y colocamos un sonido tranquilo y a bajo volumen para que nos despierte si nos encontramos en una fase de sueño ligero pero no si estamos en una de sueño profundo. Después establecemos otra alarma de sonido estridente con la hora límite a la que podemos despertarnos por si la 1ª ha sonado cuando estábamos en sueño profundo. El objetivo de esta 2ª alarma no es alcanzar la fase intervalo, que puede coincidir, sino impedir que duermas más de lo que debes y llegues tarde a lo que sea que tengas que hacer.
Se supone que las primeras veces es muy difícil acertar, pero he leído comentarios de gente que afirma haberlo conseguido tras varios intentos y dicen que funciona, así que ahí queda.

La fase REM

En el tiempo que pasamos durmiendo dividimos el sueño en dos fases antagónicas, la fase REM o MOR(Rapid Eye Movement o Movimiento Ocular Rápido) y la fase NoREM, en la que el cerebro mantiene una actividad baja y no están activas más que nuestras funciones vitales más elementales. La fase que nos interesa y en la que se producen los sueños es la fase REM en la cual el tronco cerebral envía descargas eléctricas a casi todos los órganos de nuestro cuerpo y aumenta la presión sanguínea, presentando una actividad cerebral semejante a la de la vigilia.

Aunque se podría pensar  que esta actividad nocturna podría interrumpir nuestro descanso, la verdad es que si se nos priva de esta fase del sueño ciertas capacidades como la rapidez mental o la creatividad se ven perjudicadas, además la necesidad del cuerpo de pasar por estas fases hace que se acumulen y debamos pasar por ellas la próxima vez que durmamos, según ciertos estudios afirman que un sujeto aguanta y acumula hasta 50 fases REM, siendo lo normal 4 o 5, aunque no se especifica que le ocurrió a este sujeto tras acumular las 50 fases.
Michael Jouvet,un reconocido científico en este campo, afirma que la fase REM sirve también para definir la personalidad, lo que explicaría porqué las personas mayores precisan menos fases REM y porqué cuando se nos priva de ellas nuestra personalidad se torna inestable.Aunque hay que remarcar que esto no es más que una hipótesis.

martes, 5 de abril de 2011

Introducción a los sueños

El sueño es una fase en la que nuestro organismo reposa y descansa del agotamiento provocado por el estado de vigilia, se caracteriza por un descenso de todos los signos vitales y una falta de atención a estímulos de carácter débil. Sin embargo, no siempre ha sido considerado como una necesidad  biológica e incluso hoy en día muchas personas siguen considerándolos como un mensaje de su subconsciente e incluso predicciones del futuro.
Han sido interpretados  por diversas culturas a lo largo de la historia como los israelíes, egipcios, persas o chinos, aunque cada una de una manera distinta, basándose en sus propios signos, simbolos y deidades.
Durante la Edad Media fueron usados como inspiración para obras de literatura como ``Los Sueños´´, de Quevedo.