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martes, 17 de mayo de 2011

Ciclos del Sueño

Cada vez que pasamos por una fase REM y otra NREM, completamos un ciclo de sueño, estos ciclos duran alrededor de 90 minutos y por lo general solemos pasar por unos cinco ciclos en una noche.
La fase REM es solo una etapa, pero la NREM se subdivide a su vez en 4 fases.
En la 1ª se produce una sensación de adormecimiento y poco a poco conciliamos el sueño, aunque esta fase es llamada sueño ligero y mientras pasamos por ella somos susceptibles a estímulos externos y nos despertamos fácilmente, además los ojos se mueven lentamente y la actividad muscular es prácticamente nula. En la 2ª fase, los movimientos oculares se detienen totalmente y las ondas cerebrales tienen poca frecuencia y mucha longitud de onda. En la 3ª esta longitud se ve alternada con otras más cortas, por lo que su frecuencia aumenta y en la 4ª se alcanzan las ondas de mayor longitud y menor velocidad, considerándose la 3ª y 4ª fase como el sueño profundo o pesado y durante las cuales es más difícil despertar a alguien.
Entre la fase REM y la NREM se produce un intervalo de tiempo en el cual, al igual que en la 1ª fase del NMOR, somos susceptibles a estímulos externos que nos despiertan con facilidad. Si nos despertamos naturalmente lo haremos en esta 1ª fase o en el intervalo que se produce al final de un ciclo, es decir, apróximadamente en múltiplos de 90 minutos. Esto ha llevado a la formulación de una hipótesis que explica un suceso familiar a mucha gente; el hecho de dormir 12 horas y despertarse más agotado de lo que se estaba al momento de irse a dormir y por el contrario, dormir 3 horas y despertarse sin cansancio alguno, dado que el estado en el que te levantas no depende del tiempo que duermes, sino del número de ciclos completados.
Esta hipótesis afirma que si te despiertas en un intervalo o en la 1ª fase NREM el cerebro está en un estado de reposo y no le cuesta trabajo alguno pasar al de vigilia, sin embargo si es interrumpido en medio de una fase de sueño profundo, debe interrumpir el ciclo y por lo tanto se produce esa sensación de cansancio. Lo que nos lleva a pensar que si conseguimos despertarnos al final de uno de estos ciclos siempre, nos libraremos de la molesta pereza característica de las mañanas. Aunque es difícil porque  la duración de los ciclos oscila en varios minutos de una persona a otra y tampoco podemos predecir cuando vamos a dormirnos exactamente, por lo que se ha diseñado un sistema para conseguir despertarse en este preciso momento.
Antes de describirlo debo aclarar que esto lo leí en otro blog, por lo que no puedo asegurar su efectividad(Asumo que tú no vas a probarlo pero voy a contarlo por si alguien lee esto por casualidad).
En primer lugar establecemos una alarma deduciendo más o menos en qué múltiplo de 90 minutos cercano a la hora a la que debemos levantarnos vamos a despertarnos y colocamos un sonido tranquilo y a bajo volumen para que nos despierte si nos encontramos en una fase de sueño ligero pero no si estamos en una de sueño profundo. Después establecemos otra alarma de sonido estridente con la hora límite a la que podemos despertarnos por si la 1ª ha sonado cuando estábamos en sueño profundo. El objetivo de esta 2ª alarma no es alcanzar la fase intervalo, que puede coincidir, sino impedir que duermas más de lo que debes y llegues tarde a lo que sea que tengas que hacer.
Se supone que las primeras veces es muy difícil acertar, pero he leído comentarios de gente que afirma haberlo conseguido tras varios intentos y dicen que funciona, así que ahí queda.

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